¿Te imaginas que en algunos aspectos podamos estar más cerca de los perros que de otros primates más cercanos a nosotros evocativamente como los chimpancés? Es increíble ¿verdad? Pero cierto.
Los que nos conocéis y nos seguís sabéis que tenemos en este blog una sección que se llama «de madres, niños y mascotas» y que desde que nació nuestra hija Berta hemos escrito sobre temas que tienen que ver sobre la tenencia de niños y de animales de compañía.
La convivencia diaria durante 3 años (uf, cómo pasa el tiempo) nos hace observar (como buena científica) mucho (esto además es mejor que cualquier televisor) y fijarnos en cómo la niña va desarrollando todas sus capacidades y destrezas, cómo aprende, cómo observa, cómo imita, cómo se comporta y cómo utiliza el lenguaje oral y corporal para comunicarse.
Y esto, aun a riesgo de que a algunas personas pueda parecerles un atrevimiento decirlo, te hace darte cuenta de las enormes similitudes que existen entre ambas especies, sobre todo a la edad infantil de la humana, en cuanto al aprendizaje y el desarrollo cognitivo.
Hoy escribo este artículo no solo para dejaros estas impresiones, que son meras hipótesis de madre etóloga, porque como sabes, según el método científico las hipótesis hay que comprobarlas para demostrar que son ciertas o no ciertas. No, hoy te traigo un estudio científico reciente, muy reciente, publicado este mismo año que corrobora parte de mis palabras.
¿Te imaginas que en algunos aspectos podamos estar más cerca de los perros que de otros primates más cercanos a nosotros evocativamente como los chimpancés? Es increíble ¿verdad? Pero cierto.
Hay una cosa que siempre hago entender a mis clientes, sobre todo a los que también tienen niños pequeños y los que intentan manejarlos, interaccionar con ellos y comunicarse basándose en el principio «esto es sota, caballo y rey» y en el castigo: «Tu perro no es tan simple como crees. Entiéndelo, aprende, asúmelo y obsérvalo y seguro que tu comunicación con él mejora enormemente». Con los bebés pasa lo mismo, nos pensamos que porque no hablan no son capaces de aprender y de comunicarse, los simplificamos demasiado, como a los perros.
¿Te has fijado alguna vez en los ojos de tu perro o de tu niño? ¿Te das cuenta cuántas cosas observan al cabo del día? ¿Y en sus gestos? ¿Te fijas? Seguramente no lo suficiente, estás demasiado liado con la vida, ¿a que sí?
Bien pues en el estudio que te comento, del cual os pongo la referencia* abajo del todo, Evan MacLean, director del Arizona Canine Cognition Center de la Universidad de Arizona, encontró que los perros y los niños de 2 años muestran patrones similares en inteligencia social, mucho más que los niños humanos y uno de sus parientes más cercanos: los chimpancés.
En el estudio, mientras que los chimpancés se desenvolvieron bien en las pruebas que implican su entorno físico y el razonamiento espacial, pero no lo hicieron tan bien en las pruebas de habilidades de comunicación cooperativa, como la capacidad de seguir un dedo apuntando o la mirada humana. ¿Te has fijado alguna vez en cómo mira tu perro? ¿Cómo te mira a la cara, cómo mira tus manos, tus gestos, cómo te observa? ¿Y en cómo lo hace tu hijo?
Fíjate la conclusión a la que llega MacLean a través del estudio, conclusiones que ya se han expuesto anteriormente en otros estudios sobre domesticación canina:
«Una explicación de las similitudes entre los perros y los humanos es que las dos especies pueden haber evolucionado bajo presiones similares que favorecieron «la supervivencia del más amigable», con beneficios y recompensas por un comportamiento social más cooperativo. Nuestra hipótesis de trabajo es que los perros y los humanos probablemente desarrollaron algunas de estas habilidades como resultado de procesos evolutivos similares, así que probablemente algunas cosas que sucedieron en la evolución humana eran muy similares a los procesos que sucedieron en la domesticación del perro. Así que, potencialmente, al estudiar los perros y la domesticación podemos aprender algo sobre la evolución humana. La investigación podría incluso tener el potencial de ayudar a los investigadores a comprender mejor las discapacidades humanas, como el autismo, que pueden implicar deficiencias en las habilidades sociales».
Va a ser verdad que tu perro es uno más de tu familia, que se parece a tu hijo, que puede ser como un hijo para ti y que observa, piensa y razona. Pero cuidado, no te equivoques, estamos hablando de inteligencia social, ¿de acuerdo? Existen diferentes tipos de inteligencia y nunca diríamos que los perros son capaces como nosotros de resolver problemas físicos, o al menos por ahora no lo sabemos. 🙂
*Journal Reference:
Evan L. MacLean, Esther Herrmann, Sunil Suchindran, Brian Hare. Individual differences in cooperative communicative skills are more similar between dogs and humans than chimpanzees. Animal Behaviour, 2017; 126: 41 DOI: 10.1016/j.anbehav.2017.01.005
Por Rosana Álvarez.
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