El comportamiento es la expresión de la respuesta del animal a su medio interno y al entorno. Esta respuesta dependerá de la percepción individual del animal.
El comportamiento de cualquier animal depende directamente del funcionamiento de sus órganos y sistemas. Muchos problemas médicos pueden modificar su funcionamiento. Por lo tanto, los problemas médicos pueden alterar el comportamiento del animal (Camps, 2015).
El papel del veterinario en los problemas de salud de los animales es diagnosticar y tratar estos problemas convenientemente, en la medida en que esto sea posible. Los problemas de conducta son problemas clínicos del animal como pueden ser muchos otros, por lo que la conducta no debe ser considerada como una entidad separada, sino como parte fundamental e integrante de la totalidad del individuo.
Esto es aún más importante cuando el comportamiento se convierte en una de las manifestaciones del funcionamiento interno del organismo y las alteraciones de la conducta pueden modificar a su vez este funcionamiento.
Además, existen muchas alteraciones conductuales fruto de alteraciones internas del animal que no tienen un reflejo en datos clínicos, como parámetros de analíticas sanguíneas o pruebas de imagen. Por ello debemos prestar mucha atención a cualquier cambio en el comportamiento normal del animal, sobre todo si es repentino, ya que puede significar que algo está pasando en su interior.
Si un animal presenta una alteración aguda de conducta, sin que haya sufrido ningún episodio traumático, lo primero que debemos pensar es que se debe a un problema orgánico.
El dolor es uno de los procesos que cursa frecuentemente con cambios en el comportamiento. El dolor puede provocar miedo, agresividad, huida, conductas repetitivas, alteraciones del sueño o reactividad. En ocasiones pasamos por alto que a nuestro perro le pueda doler algo y piensa que puede ser algo bastante usual, sin embargo, él no te dirá que le duele, al menos no con palabras. Pero sí puede hacerlo ver de otras maneras, como esconderse, dejar de comer, gruñir o morder si se le intenta tocar, deambular.
Otro de los síntomas conductuales que se presentan con mucha frecuencia y que puede ser reflejo de un problema médico es la micción o la defecación inadecuadas.
¿Y qué decir de las alteraciones del sistema nervioso o los problemas hormonales, cardiacos, urológicos o dermatológicos? En ocasiones nos encontraremos con patologías que únicamente tienen manifestación en alteraciones del comportamiento.
El estrés, mal común de la sociedad de hoy y día y, por ende, de nuestras mascotas, también tiene manifestaciones muy importantes a nivel conductual e influye de manera fundamental en los distintos periodos del desarrollo del individuo.
¿Qué suele ocurrir cuando un animal muestra una conducta extraña? Te pongo un ejemplo: tu perro te gruñe, se hace sus necesidades en casa o se niega a salir a la calle. En muchos casos se le castiga, causando un agravamiento del problema y de la conducta.
Piensa en todo esto cada vez que tu perro se comporte de una manera que en tu opinión puede ser inadecuada. Llévalo al veterinario e insiste en que se le explore y se le hagan pruebas. Y si no mejora, contacta con un veterinario especialista en conducta. La colaboración entre profesionales de la salud es fundamental para llegar a un diagnóstico certero.
Por Rosana Álvarez.