* Podéis seguirlas en @Etologiamalaga y en su BLOG.

Este mes vamos a contaros malasmadres algo que quizá os sorprenda, por supuesto, gratamente. Hablamos de los beneficios que les supone a nuestros hijos criarse en un hogar con animales, y a la inversa, como a nuestras mascotas les beneficia la relación con los niños.

Fijaos en el siguiente dato; un estudio de la Fundación Affinity ha concluido que 8 de cada 10 niños prefieren jugar con su perro o gato antes que con los videojuegos. ¿No os dice esto nada del tipo de relación que se establece entre un niño y un animal?

Por primera vez vamos a hablar en modo científico, no os preocupéis, que nos entenderéis perfectamente.

Seguro que si mencionamos la palabra oxitocina todas lo tengáis relacionado con el momento del parto. Pero la oxitocina es una hormona muy poderosa que interviene en numerosos procesos neurológicos. Hace poco que se ha descubierto que la oxitocina y su acción en la regulación del estrés social juegan un papel fundamental (Beetz 2012). Esta hormona modula muchas de las funciones fisiológicas, psicológicas y comportamentales que conocemos. Mirad a continuación en cuántos procesos está involucrada:

Efectos en la interacción social: aumenta el contacto visual, la empatía, la confianza, las habilidades sociales, la auto-percepción positiva y la generosidad, y disminuye la depresión.

Esfectos anti-estrés: la oxitocina disminuye los niveles de glucorticoides (hormonas del estrés) en animales y en humanos, especialmente en respuesta a estímulos socialmente negativos. Disminuye la presión sanguínea y la frecuencia cardíaca.

Efectos en la salud y en la recuperación: la oxitocina se asocia con un mejor funcionamiento del sistema nervioso parasimpático que controla en sistema endocrino y el tracto intestinal, lo cual se relaciona con una mejor función digestiva y el crecimiento y la recuperación.

Efectos en la ansiedad, el dolor y el sistema inmune: la oxitocina aumenta el umbral del dolor y tiene un efecto ansiolítico sobre todo ante amenazas sociales.

Y ahora os preguntáis cuál es el motivo de haber explicado qué hace la oxitocina en nuestro cuerpo ¿no? Pues la respuesta viene a continuación, hay un estudio científico reciente (Odendaal 2000) que muestra un aumento significativo de los niveles de oxitocina en sangre después de acariciar al perro entre 5 y 25 minutos. Es más, este estudio nos dice, que cuanto más cercana es esa relación humano-animal, más oxitocina se libera.

Las que tenéis mascota en casa, probad una cosa, cuando estéis hasta las narices del día que lleváis y os daríais cabezazos contra la pared de la rabia que tenéis dentro, acariciad durante un ratito a vuestro perro, en unos minutos comprobaréis que esa ira se ha reducido, y si midiésemos vuestras constantes vitales, se habría reducido la tensión y la presión arterial, y solo con unas sencillas caricias.

Con los niños ocurre exactamente igual. Tener mascota les beneficia no solo social, si no fisiológicamente hablando. Además, les hace ser niños más responsables, empáticos, respetuosos y cariñosos. Amén de los consabidos beneficios ante intolerancias y alergias que se evitan estando expuestos desde bebés a la convivencia con animales.

Ya sabéis que en nuestro hogar compartimos vida y aventuras con (ahora) 4 perros y 2 gatos, y que Lady Berta ha tenido con ellos contacto desde el primer día que llegó a casa. A día de hoy, con sus 8 meses, no ha dado muestra alguna de alergias, muestra una alegría enorme cuando les ve, incluso, si está llorando o molesta por algo, la acercamos a alguno de ellos y cambia su actitud y su expresión facial. Sale a diario de paseo con ellos, y no les quita ojo de encima, le relaja su presencia y le divierte jugar con ellos.

A la inversa, nuestras mascotas también se ven beneficiadas de la convivencia con niños. Tendrán en ellos un eterno compañero de juegos incansable, que lanzará el balón tantas veces como el perro quiera, os recordamos que tanto perros como niños tienen más aguante y paciencia que nosotros los adultos. El pequeño humano se convertirá en una fuente dispensadora de comida, la merienda, las galletas… Siempre habrá una migaja que caerá o que su colega le dará a escondidas o por debajo de la mesa. Saldrán juntos de paseo, lo que aumentará el vínculo afectivo entre los dos. Le dejará subir a la cama y dormir en el sitio más mullido. Habrá juegos en el suelo, caricias y abrazos por doquier.

Y sí, vuestros hijos llevarán pelos en la ropa, y algún restregón de baba en el abrigo y seguramente el perro algún manchurrón de pintura de dedos verde, o tiritas puestas en las patas, o las uñas pintadas, pero esos pequeños ‘contras’ no superan ni por asomo los beneficios y ventajas de tener una mascota en sus vidas. Os aseguramos, que cualquier niño, acabará presentando a su perro como un miembro más de su familia a sus amigos y conocidos.

Ojo, siempre que la relación entre ambos se haya establecido de manera correcta como hemos explicado en los anteriores post, dejamos muy claro que nunca se puede forzar la interacción ni dejar solos animales y niños bajo ningún concepto.

Queremos compartir con vosotras, un vídeo, de una experiencia familiar real, para que veáis en qué te cambia la vida tener mascota.

Por María Garrido y Rosana Álvarez.

Si quieres recibir artículos como este y otras cosas interesantes directamente en tu email…

¡Suscríbete a nuestra newsletter para particulares!

¡Suscríbete a nuestra newsletter para veterinarios!

CategoryPublicaciones
© 2007 - 2021 Etolia · Etología Veterinaria