Ayer leía atónita cómo en Suiza han inventado y legalizado, unas curiosas fundas para los dientes de los canes a modo de bozal, para sustituir el uso de éstos. Y en estos momentos a mi se me vienen a la cabeza multitud de preguntas, que por supuesto le haría al inventor del dichoso «aparato», a los legisladores, al especialista que los recomienda, al que las vende en su tienda de productos para mascotas y un largo etcétera que no me cabría en este artículo.
Como siempre, al ver el vídeo y leer los comentarios de la gente también me quedo atónita. Nadie se ha preguntado si hay estudios clínicos sobre el uso del, llamémosle «nuevo bozal», ¿y si el perro se lo traga?, realmente ¿es la solución?. A esto último les respondo yo, no, rotundamente, no es la solución a los problemas de agresividad en un perro, pero claro, es más económico, más fácil y más rápido.
Pero como en todo en esta vida, lo rápido, fácil y cómodo no nos lleva a un buen final. En el vídeo que presentan, nadie se fija en las señales que emite el perro cuando el niño acerca su mano para acariciarle, pero todos estamos tranquilos porque lleva un cacho de plástico en los dientes, ¡¡menuda locura!! Al perro no le gustan los niños, porque sus dueños no se han preocupado de enseñarle a que le gusten durante su etapa de cachorro y juvenil y ahora claro, tenemos un problema porque el niño tiene «x» años y no es un bebé controlable, pues le pongo una funda de plástico en los dientes y arreglado, que el perro agrede cuando va atado con la correa, pues idem… Pues no, porque esto es un parche. El proceso correcto sería llamar a un especialista, que les hiciera un buen diagnóstico y tratamiento y pronóstico del caso. Pero claro, todo esto lleva un gran esfuerzo, y créanme, el económico no es el mayor esfuerzo, pero sí lo es en horas de trabajo y en implicación por parte de los propietarios y eso señores, a día de hoy, hay muy poca gente dispuesta a llevarlo a cabo.
Además hay que añadir, que en las agresiones de perros hacia personas, ya sean niños o adultos, el daño no es sólo el que realizan los dientes, la presión de la mordida puede provocar, hematomas, fracturas… Si hablamos de un Yorkshire es poco probable pero si hablamos de la mandíbula de un Rottweiler como el del vídeo o de un Pastor Alemán, un Labrador, los daños pueden ser graves y más si es un niño.
Los bozales son herramientas de trabajo que tienen su razón de ser, en casos de agresividad, son útiles para trabajar con el perro sin que llegue a producir daño físico sobre nadie, pero ojo, también hay diferentes maneras de utilizarlos. Es más costoso enseñar al perro que el bozal es algo positivo (asociación bozal+comida) que sujetar al perro el día que lo compras y ponérselo sin más, incluso hay quien se alegra cuando al ponérselo el perro se inhibe de tal manera que es incapaz hasta de moverse. Los más seguros y útiles son los de cesta, el perro puede jadear sin problema con él, le entra el aire e higienicamente son correctos, los de nylon realmente no valen como herramienta de contención para la boca, ya que se abren con facilidad, el perro puede morder perfectamente con él puesto y además las babas se acumulan debajo y provocan dermatitis y otros problemas médicos. Para más seguridad existen los metálicos, los de cuero especiales para razas de hocico chato… De esta forma, el propietario podrá trabajar con el perro de forma más tranquila ya que sabrá que no provocará daño alguno. Pero repetimos, es una herramienta que forma parte del tratamiento, no una solución. Y jamás recomendaremos dejar al perro solo en casa con un bozal.
El tratamiento correcto dependería de cada caso, del tipo de agresividad (predatoria, por miedo, aprendida…) que manifieste el perro, etc, pero en todos los casos de agresividad hay que hacer una valoración de riesgo, ya que si en el hogar conviven niños, ancianos, personas con movilidad reducida… Hay que tomar muchas precauciones y decisiones que a veces son duras y complicadas.
Por María Garrido Lázaro
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Para eso,
¿por qué no le arrancamos los dientes?
Volvemos al refrán
«muerto el perro se acabo la rabia»
El problema tendríamos que solucionarlo como animales racionales que se supone que somos, lo demás son parches-
Bueno Alejandro, también tenemos sabido de gente que ha optado por la cruel opción que comentas. 🙁
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Mi Blu no lo hace por agresividad es un pocket blue de 11 meses y se quiere comer todo, como corregirlo? SOY enemiga del golpe le hablo fuerte y su castigo es encerrarlo un ratito en el baño, sale más tranquilo. Que hacer?
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Por qué no pruebas a dejar de castigar y premiar una conducta alternativa?
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Hola, tengo una cahorrita de tres meses, tiene mucho genio y nos ha mordido a mi madre y a mi, no se si es por miedo o por que ¿que puedo hacer?
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Hola Irene,
Gracias por escribirnos. Pues lo que tienes que hacer es ponerte en contacto con nosotros para concertar una cita en tu domicilio donde podamos analizar qué le pasa a tu perrita para poder plantearos un tratamiento para ella.
Un saludo. 🙂
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Se me olvido comentar que es una chihuahua