En mi trayectoria profesional solamente he tenido un caso en el que la familia se planteó consultar a un profesional antes de adquirir un perro. Y lo llevaron a cabo aconsejados además por su veterinaria. Hicimos dos consultas antes de que fueran a por su perro. Además de otras tantas después de adquirirlo y clases de educación durante la mayor parte de su juventud. Actualmente esta familia es feliz con su perra, y Sila es un animal totalmente equilibrado que convive con sus dueños, un gato y cuatro hermanitos humanos.

           Firma invitada: Rosana Álvarez

Es muy triste pensar en que en casi diez años de ejercicio de la medicina del comportamiento solamente haya tenido un caso así. Es triste, sí, sobre todo teniendo en cuenta que la gran mayoría de los animales que no siguen este proceso acaban en las protectoras, refugios y centros zoosanitarios, abocados a una vida de encierro, estrés y privación sensorial.

Obviamente si todo el mundo lo hiciera como tiene que ser, no estarían los refugios llenos de animales abandonados. Porque una cosa son los perros y gatos que nacen en la calle, pero otra son los que llegan a los refugios abandonados por sus dueños por distintos motivos. Porque ladra cuando se queda solo, porque se hace sus necesidades en casa, porque muerde, porque al niño le da alergia, porque suelta pelo, porque es viejo, porque araña el sofá, … Y así cientos y cientos, año tras año.

Gran parte de los animales que llegan a los refugios lo hacen debido a un problema de comportamiento. Problemas que en la mayoría de los casos, son solucionables con un asesoramiento especializado.

¿Y cuál es el gran mal? La falta de información. Frecuentemente ignoramos las necesidades que tiene un animal antes de adquirirlo (ya sea en un refugio o en cualquier otra entidad). Un animal tiene unas necesidades físicas, fisiológicas, pero también de comportamiento.

¿Saben qué es una necesidad de comportamiento? Significa que un animal, por el simple hecho de serlo y de pertenecer a una especie determinada, necesita realizar una serie de conductas que forman parte de su etograma (conjunto de comportamientos de una especie). Es obligatorio que estas conductas se lleven a cabo, o si no repercutirá negativamente en su bienestar y en su capacidad de adaptación. Un ejemplo lo tendríamos en la necesidad de contacto social en los perros o en la conducta de rascar y trepar en los gatos.

¿Cuántos perros son adquiridos y luego dejados solos en una terraza, un patio o un jardín? ¿Y cuántos gatos son abandonados porque arañan el sofá o se suben a los muebles? Muchos, sí, y es una verdadera pena.

Por eso, ahora que usted lee esto y conoce este dato, podrá darse cuenta de que si está pensando en adoptar un perro porque tiene un jardín muy solitario, pero no pretende dejarlo entrar en casa, es mejor que abandone la idea. Y si quiere un gato pero no está dispuesto a dejar que suba a las estanterías, o a acondicionarle su entorno de la manera adecuada, pues tampoco. Para eso es mejor que siga viéndolos en la tele.

Para eso están los cuestionarios y visitas de pre- adopción, para que unas personas valoren si es usted apto para convivir con el animal que va a adoptar. Y si no lo es, lo mejor es que lo acepte de buen grado. Los caprichos no son buenos cuando se trata de un ser vivo. Si usted se encapricha de un bolso o unos zapatos, pues bueno, no respiran ni tienen corazón. No lo pasarán mal si vuelven a la tienda.

Si usted por el contrario quiere hacer las cosas bien, contactará con un especialista en medicina del comportamiento antes de adoptar una mascota, para que éste le ayude en temas como qué mascota adquirir, qué tamaño o raza, qué sexo, qué refugio, y le acompañe a elegirlo y le asesore sobre su adaptación al entorno y sobre su educación.

Todo esto es NECESARIO, para que ese animal no acabe volviendo sobre sus pasos, o al menos, si lo hace, que sea por una causa razonada, analizada y correctamente diagnosticada.

Para eso estamos los etólogos veterinarios, para ayudarle a usted y a su mascota, para informar, para asesorar. Y créame, no sale caro. Lo que sale caro es adoptar sin informarse, ir dando tumbos con el animal, aplicar consejos de unos y de otros sin saber si son buenos o no, gastar dinero si ton ni son, y al final ¿cuál es el resultado? No creo que haga falta decirlo, ya lo sabemos todos y es por eso que estamos escribiendo este artículo.

Adoptar es una acción de responsabilidad y humanidad, da ejemplo, hazlo bien, tú recibirás tu recompensa y ellos la suya.

Rosana Alvarez Etologia Veterinaria Malaga

Rosana Álvarez Bueno
Veterinaria Acreditada AVEPA como especialista en medicina del comportamiento
Servicio de Etología Veterinaria, Málaga

Por Rosana Álvarez

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